Big time
El tiempo no es más que la demora de lo que no está por venir.
Golpeo el remo en el agua, veo como se hunde y parece romperse. Así avanzo, con un par de remos rotos abajo del agua.
¡A Jamaica, a Jamaica! Al grito de ¡Libustrina y calefón!
Esos funcionarios que manipulan sus jergas caliginosas y siliconadas son semejantes a un calesitero que hace todos los ademanes pero nunca te da la sortija.
Si el sol y la luna dudaran, con toda seguridad se apagarían.
Clic en mapitas elegantes, más allá del principio de incertidumbre, nos va conduciendo al aleph azafranado y apócrifo de
Dios es un oculto desengaño almidonado.
Hay un lugar en el mundo en el que me siento como en casa, pero todavía no lo encontré.
Confirmado: durante nuestras vidas, Jesús no va a volver a la tierra.
Encontró mágicamente una merienda lisérgica en el cajón de las medias, empezó a ver relojes soviéticos Molnija, Poljot, Slava y Vostok.
Hay gente que se aferra al celular como un niño a un chupetín de albaricoque.
Imagínense un pavoroso campo de batalla atiborrado de cadáveres mutilados, olor a mierda y carne quemada. A lo lejos hay un movimiento que parece ser un humano caminando hacía aquí. Ya más cerca, podemos distinguir de qué se trata: un travesti peruano en tacos altos, teñido de rubio y haciendo un clásico gestito Susana Giménez. Ya mismo estoy trabajando en un guión a partir de esta imagen.
Mi primo le compró a su ovejero alemán fóbico una perra inflable. Luego, desgraciadamente, la tuvo que ir reponiendo cada tres días: el can es muy fogoso.
Ilustró: Fermut, "Paloma".
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