martes, septiembre 08, 2009

Después de la ardilla



En el mismo momento en que el subte arranca de Retiro pienso que no voy a llegar con vida a Avenida de Mayo. El acordeón que une y separa vagones respira entre dos guillotinas aleatorias por sobre las que una mujer hace caminar a una niña tambaleante de tres años, más o menos, que además arrastra una maléfica mochila rodante rosa.
Las palpitaciones, que recién ahora se hacen presentes, van subiendo de intensidad: ya llega el momento en el que se fantasea que las personas circundantes van a escuchar la grave rítmica de nuestro corazón. La niña, contra todo pronóstico, ya que en cierto instante interminable las guillotinas llegan apenas un suspiro después, perdiendo el ciego propósito de fetear esas ingenuas guillerminas número veintisiete, cruza indemne por entre una madeja de ocasiones impertinentes. No así el infierno rodante rosa.

(Del libro de cuentos La Torturadita)


Este es el preciso momento en que el gobierno empieza a delirar: cuando sus crasos eslóganes ya incatalogables se ornan con la retórica, las ínfulas y la oratoria más estereotípicas de lo que solemos llamar “derecha recalcitrante”. Lo cual es, sencillamente, uno de los mecanismos clásicos de ese ente metafísico llamado peronismo, justicialismo, o comoquiera que se los denomine o prefieran ser denominados.
Es llamativo, para mí, que este así llamado mecanismo, notoriamente, para mí, enfermo, se haya desplazado a lo largo de décadas, a la vista de todos sus adherentes sin que ninguno de ellos haya siquiera puesto en tela de juicio esta perversión que, para mí, vuelve traslúcidas las extravagantes, delictivas, estúpidas y finalmente asesinas acciones de los años en que fue gobierno esta entelequia denominada, o autodenominada, peronismo, justicialismo, o comoquiera que sean o deseen ser denominados esos caballeros.
Creo asimismo que la autodenominada Unión Cívica Radical, por ejemplo, no merece siquiera un razonamiento tan sofisticado, respecto del cual no reclamo autoría, desde luego.

(Del libro de poesía Poco y nada)

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