De la libreta que etcétera

El fútbol es una expresión apasionante de lo que solemos llamar “cultura”.

Que la política mata, creo que no caben dudas. Sólo hay que ponerse acuerdo sobre la definición de la palabra “política”.

Pienso, ahora, por qué encomillo ciertas palabras. No sé. Será que las comillas se comen lo que tienen adentro, lo digieren y te lo devuelven fast food; las comillas serían como un logo, que explica y esconde, en el mismo gesto, su esencia. Esencia, entre comillas, no?

He comprado una campera que resiste regiamente unos veinticinco grados bajo cero: me preparo para lo que viene.

Puta madre, ahora me olvidé lo que había pensado escribir en la libreta que tiene una ballena en la tapa para simular que lo ha escrito Fok-Hiu. Es un simulacro francamente insostenible ya que quien escribe ésto es Fok-Hiu.

La última persona que algunas personas que yo pienso que son inteligentes piensan que “lo sabía todo”, fue Kant. Desde luego no podemos descartar un epígono en nuestra era.

Una periodista, la señora Nora Veiras, en un notorio programa de la tevé pública, es decir del Estado, es decir del gobierno de turno, al que podríamos calificar, al programa, no?, como un notorio y burdo instrumento de crasa propaganda, esboza una asombrosa teoría a la que instantáneamente adhiero: entre los integrantes del gabinete del señor Mauricio Macri hay varios egresados del colegio Cardenal Newman, ergo: la educación privada ha fracasado en nuestro país.

Ayer a la noche me picó un mosquito en la oreja: buena señal.