viernes, junio 04, 2010

النكبة (nakba)




Dale que va (estás frito, angelito).


A ver si me acuerdo: en algún momento que ya no podría precisar, por primera vez me entraron ganas de leer algo del binomio Sartre/Genet. También releer Tácito, Felisberto y Thomas Bernhard. O el diario de Handke, ponele. En realidad lo escribo acá para no olvidarme. No, Robert Walser era, no Bernhard.


No es, de ningún modo, que el desastre corroa el mundo. No, con seguridad, y, al revés, es harto probable que el mundo corroa el desastre. Desastre como “mala estrella”, esa fuerza ciega e inmóvil que nos atrae hacia el futuro desde el pasado.


Hay más detrás de la máscara que del ay de la cara.


blackbird singing in the death of night


sólo lo que no deja de herir permanece en la memoria


they're gonna crucified me


muchas son las estrellas que nos observan en cada sueño


evidentemente, todo lo que es profundo gusta de enamascararse


fútbol, pasión de multitudes

He leído con interés acerca de la lesión que dejaría fuera del mundial al señor Didier Yves Drogba, capitán y estrella de la selección de Costa del Marfil. Durante varios segundos de mi valiosa vida (en la misma magnitud en que es valiosa cualquier vida) me dediqué a pensar en ese tópico casi diríamos abstracto, ya que tal lesión me indujo a una serie virtualmente inacabable de razonamientos que nos van conduciendo, firmes, inexorables, a un vasto océano de vacuidad mental. El Mundial como una fuente posible de meditaciones intrascendentales.


Maquinchao es un lugar raro. Ya desde su nombre, tan homérico.


rolling on the river


lo comprendo y deseo continuar






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